Antes de comprarte una moto de ocasión, revisa las recomendaciones que hemos recogido para ti, algunas imprescindibles para acertar al adquirir tu nuevo vehículo.
Si estás pensando en comprarte una moto de segunda mano, tal vez tengas dudas sobre qué debes tener en cuenta a la hora de decantarte por una u otra, qué revisar primero, qué cosas preguntar al vendedor… En este artículo tratamos de echarte una mano recogiendo recomendaciones fundamentales para tener en cuenta a la hora de elegir bien una moto o scooter de ocasión.
Comprar una moto usada puede ser una buena idea, pues existe una oferta muy amplia que te permitirá escoger más fácilmente tu nuevo vehículo de dos ruedas. Pero debes tener en cuenta que, como en todos los mercados de segunda mano, habrá quien te pida demasiado por una cafetera con ruedas, y quien intentará colarte algún pequeño defecto… Para no caer en errores evitables, échales un vistazo a los siguientes consejos:
Consejos básicos para comprar una moto o scooter de segunda mano
Revisa los precios
Si ya sabes que tipo de moto quieres (scooter, vespa, naked, cross…) y quieres hacerte una idea aproximada de su valor medio en el mercado de ocasión, consulta alguna web de tasación de vehículos de segunda mano y revisa qué es lo que piden por ella en general, según su marca, modelo, potencia, consumo, antigüedad… Podrás obtener una perspectiva rápida antes de consultar con el vendedor de la moto a la que le has echado el ojo, o antes de pasarte por el concesionario.
Revisa el tipo de moto y sus puntos críticos
Es más que recomendable informarte de los puntos críticos que puede tener el tipo de moto que quieres comprarte. Si ya has tenido una igual, sabrás de lo que estamos hablando. Pero si nunca has tenido una moto como esa, conviene que hables con alguien que la haya usado o que la use actualmente, o con el experto de tu taller de confianza. Algunas motos, en función de su diseño o características, pueden presentar desperfectos en ciertas partes que te conviene conocer antes de decidirte.
Chequea los kilómetros
Comprueba los kilómetros totales que marca en el odómetro y haz un par de preguntas al vendedor para saber si tuvo esta moto desde siempre y si el cuentakilómetros le dio algún problema en todo ese tiempo. Si tiene más de 30.000 km y no tiene ningún rasguño en las gomas de los puños o en los pedales, es que le han cambiado estas piezas, y si el desgaste era tanto como para cambiarlos… puede que tenga algún kilómetro más. Los discos de freno también pueden darte pistas.
Chequea el motor
Aunque no tengas ni idea de motores o de mecánica, hay algunas cuestiones que sí puedes revisar por tu cuenta con solo encender la moto. Si enciende en frío a la primera con facilidad, puede que su estado sea bueno.
Tras el arranque debería estabilizar el ralentí, y en caliente podrás comprobar si hay fugas o cómo se distribuye la temperatura; el estado del humo del tubo de escape, así como el estado del propio tubo.
Revisa bien el estado de basculante, estribos, manetas, bajos…
Haz una revisión completa de la moto en cuanto la tengas delante. Si dispones de taller de confianza, es el momento de abusar un poco de esta y llevarle la moto para que haga un chequeo general.
En esta revisión debes observar si existe algún desperfecto señal del uso que se ha hecho de la moto: si existen holguras en el basculante y fallos en la suspensión o los amortiguadores, si los retrovisores, contrapesos, etc. han sido reemplazados; si los estribos están muy raspados; si los plásticos y tapas encajan bien o están descuadrados; si los bajos están dañados; si la superficie del disco de freno no está todo lo lisa que debería… Todos estos factores nos aportan información valiosísima del uso que se le ha dado a la moto, de si ha habido caídas, etc. Tras haber hecho esta comprobación visual, ha llegado el momento de probarla: úsala en carretera y comprueba cómo se mueve y suena.
Si todo está correcto, y el precio que te ofrecen te convence, quédate con esa moto. Y no te preocupes si tiene algún desperfecto residual, porque la mayor parte son reparables. Podrás negociar con el dueño una rebaja si te ofreces a llevarla tú al taller. Además, recuerda que el vendedor tendrá que responder por los posibles vicios ocultos durante los seis meses siguientes a la fecha de compra.
Qué trámites realizar para comprar una moto de segunda mano
Tras firmar un contrato de compraventa, tendrás que tramitar el cambio de titularidad de la moto. Para ello podrás acudir a una gestoría o hacerlo por tu cuenta, y la segunda opción siempre es la más barata.
Si decides encargarte del papeleo, cuando tengas el contrato firmado (en el que se reflejen todos los datos del vehículo, así como de comprador y vendedor, y ambas firmas), tendrás que pagar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (4% del valor del vehículo), en cualquier sede de Hacienda.
Lo siguiente es acudir a la sede de la Jefatura Provincial de Tráfico y cubrir la Solicitud de Transferencia de la moto, pagando la tasa correspondiente. Ambos, comprador y vendedor, debéis firmar esta solicitud. Además, tendrás que acompañar el DNI del comprador, permiso de circulación de la moto o scooter, recibo de abono del impuesto de circulación y tarjeta de la ITV. Desde el momento en el que adquieras la moto, tendrás 10 días para notificar a Tráfico el cambio de dueño de la moto.
Para poder circular con tu nueva moto seminueva, valga la redundancia, deberás tener un seguro en vigor. Si ya tenías una moto asegurada con anterioridad, puedes optar por traspasar esa póliza a la moto recién adquirida. Pero si quieres o necesitas un nuevo seguro para el vehículo, acude a una comparativa online para obtener un seguro para moto barato que encaje con lo que estás buscando para ti y para tu nueva moto.